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Cómo ser un buen director de obra

En uno de los proyectos en los que ando metido, se me ha encomendado la tarea de montar la oficina de una nueva empresa. La verdad es que esto me ilusionó mucho porque era una gran oportunidad para poner en práctica las cosas que he ido aprendiendo por mi cuenta sobre infraestructuras de comunicación en edificios (cableado estructurado), electrónica de red y dirección de obra.

No sólo me han encomendado la instalación del cableado sino que también me he tenido que encargar del amueblamiento de la sede y de la compra de equipos informáticos e infraestructuras telemáticas (servidores).

Con este post quiero mostrar algunas claves o detalles a tener en cuenta a la hora de dirigir una obra de esta índole.

DATOS DE LA OBRA: oficina de 390 m2, 6 despachos, 2 salas de juntas, 1 sala de reprografía, 1 recepción y una zona diáfana para 20 personas.

1) La planificación es fundamental. Tener un buen plano de la oficina y un diseño claro ahorrará mucho tiempo a los instaladores. Lo ideal es que el director de la obra sea el autor del proyecto técnico, eso facilitará mucho la labor de guía de los instaladores.

2) Hay que rodearse de proveedores de confianza. Hay que desconfiar de instaladores que no son capaces de dar un presupuesto sobre un plano o que teniendo el plano tarden más de 3 días en presupuestar la obra. Trabajar con empresas de confianza ahorra muchos quebraderos de cabeza, además de fomentar futuras alianzas o colaboraciones que beneficiarán enormemente a ambas partes.

3) Trabaja con los mejores. Un buen proveedor te va a dar mucho más de lo que tú le vas a dar económicamente. Aprenderás mucho de su forma de hacer, de su equipo, de su forma de gestión y planificación. El director de una obra está en un continuo proceso de aprendizaje cuya escuela es la propia obra.

4) No dejes nunca que el cliente se inmiscuya en la obra. Esto es algo bastante complicado pero hay que evitar a toda costa que el cliente contacte con tus instaladores o proveedores. El director de obra ha de ser el único interlocutor con las empresas y con el cliente, toda la información debe pasar por el director de obra. El buen orden peligra si el cliente toma la iniciativa y contacta con tu proveedor sin tu consentimiento y hay que echarse a temblar si toman decisiones sin contar contigo.

5) Cuando tengas que abordar algo para lo que no estás preparado, pide consejo a alguien que sepa más que tú e intégralo en tu equipo, colaborad.

6) Visita la obra si no puedes estar en ella constantemente. Déjate ver por allí y resuelve las dudas de los instaladores y montadores. Crea un ambiente de confianza para que acudan siempre a ti en caso de duda y evita que actúen por su cuenta. El director de obra siempre debe dar el visto bueno.

7) Recaba toda la información que puedas. Entérate de todo lo que se va a montar allí una vez que termine la obra, quizás haya algo que no olanificaste o tuviste en cuenta y sea necesario instalar.

8) Aunque recibas presiones, si no confías en la gente que tienes a tu cargo, no delegues; si están preparados y confías plenamente, delega. Delegar tareas en tu equipo estrecha los lazos de colaboración y fomenta el trabajo en equipo y la cohesión. Un buen director de proyecto prepara a su equipo para que sean capaces de actuar de forma autónoma y evitar cuellos de botella cuando haya que tomar decisiones.

9) Si el cliente es “especial” no tomes decisiones por cuenta del cliente, que él decida. Volverse a atrás puede ser mucho más costoso, tanto en dinero como en tiempo y puede llegar a llevar al traste una buena planificación.

10) El calendario es sagrado. Hay que cumplir escrupulosamente la planificación. La fecha que se le dé al cliente es inamovible, los retrasos nos harán perder credibilidad ante futuros trabajos y generarán un clima de desconfianza que deriva en malos entendidos y malas relaciones. Al igual que los retrasos son inadmisibles, no se debe permitir que el cliente adelante la fecha de fin de obra.

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