Anoche me quedé trabajando y para hacerme compañía puse una película del canal Calle 13 que al final terminé viendo y que me hizo aparcar los procedimientos de sistemas que estamos redactando para la implantación del modelo de calidad.
En esta tercera película, el bueno de Charles Bronson decide visitar a un amigo de la guerra de Corea que vive en Nueva York, en un barrio lleno de jóvenes que molestan y abusan de los viejos Unos pandilleros macarras matan a su amigo, justo antes de que Kersey le visite. Cuando llega la policía encuentran a Kersey junto al cadáver, por lo que le detienen como sospechoso y termina en la cárcel.
Kersey no tarda en salir de la cárcel, ya que el jefe de policía, que ya conoce su pasado de justiciero, le ofrece salir con la condición de que colabore, así que vuelve al barrio y empieza a conocer a la gente del bloque donde vivía su amigo.
Kersey y los ahora envalentonados vecinos, recurren a armas usadas en la II Guerra Mundial, para hacer frente a las bandas de malhechores. Así inician una guerra particular con el apoyo de la policía.
Esta es la tercera parte de la saga del arquitecto Paul Kersey (Charles Bronson), que comenzó en “El justiciero de la ciudad” (1974) y en la que se dedica a limpiar la sociedad de maleantes y asesinos. En 1982, repitió con “Yo soy la justicia” y, tres años más tarde con “El justiciero de la noche”, todas dirigidas por Michael Winner.
“El justiciero de la noche”, además de contar con música de Jimmy Page, ex Led Zeppelin, está considerada por los fans de la saga como la mejor.
A partir de la siguiente entrega, “Yo soy la justicia II” (1987) de J. Lee Thompson, la cosa se desmadra y Bronson se convierte en una especie de Rambo de la gran ciudad. La cosa finalizaría en 1994 con “Yo soy la justicia III” de Allan A. Goldstein.
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