Icono del sitio Los Habitantes de Kewlona

Tecnología vintage

Aunque andemos siempre atentos a las últimas novedades del mercado y los lanzamientos de empresas como Apple, Samsung o Sony, hay que reconocer que lo vintage sigue estando de moda. Evidentemente, a estas alturas nadie a va ir por la calle con un Walkman escuchando viejas cintas de casete o con un reproductor de MiniDisc; sin embargo, somos muchos los que nos sentimos atraídos por los viejos gadgets que conocimos en nuestra infancia o, incluso, estuvieron en el mercado algunos años antes que nosotros llegásemos al mundo.

Debo reconocer que, poco a poco, estoy formando mi propia colección gadgets vintage, una colección que mezcla la nostalgia y la pasión por la historia de la tecnología. Teléfonos móviles, teléfonos fijos, viejos componentes de PC, microprocesadores, radios o antiguos cartuchos de videoconsola son algunos de los gadgets que van formando parte de una colección de tecnología vintage que espero que vaya creciendo con el tiempo.

De vez en cuando voy compartiendo algunas de estas piezas a través de Twitter o Instagram; sin embargo, nunca había montado un post con algunos de estos viejos gadgets:

Lo que vemos en la imagen que está justo encima de este párrafo es una Radio AM Gold Star BM-709, una radio AM de finales de los años 60 y principios de los años 70. Funciona perfectamente y podemos usarla para sintonizar algunas de esas pocas emisoras que siguen funcionando en la denominada “onda media”. Una de las peculiaridades de esta radio es que, según se puede leer en su frontal, está compuesta por “dispositivos de estado sólido de silicio”; es decir, el receptor radio está sustentado sobre transistores.

Otra de las piezas que más aprecio de mi colección es este teléfono de pared (fue un regalo y eso es ya un hecho importante). El teléfono, evidentemente analógico, fue fabricado en Suiza en los años 40 y está perfectamente restaurado y adaptado para funcionar con una roseta de las de hoy en día (tiene un cable terminado en conector RJ-11).

Otro de los teléfonos analógicos de mi colección es un modelo clásico que Telefónica suministró durante los años 70. El Heraldo, que era el nombre que recibía este teléfono fabricado por CITESA en Málaga, fue uno de los teléfonos más populares en los hogares españoles durante los años 60, 70 y 80; un terminal de baquelita con dial de rosca que era suministrado por la antigua CTNE (Compañía Telefónica Nacional de España), hoy Telefónica. El terminal, con los años, evolucionaría hasta tener teclado e incluir las teclas del asterisco y la almohadilla.

Dentro de los antiguos componentes de PC que aún conservo (especial mención merece la colección de microprocesadores que estoy iniciando), creo que vale la pena reseñar este disco duro de 340 MB Seagate. La foto la tomé hace unos días y quise comparar esos 340 MB de 1994 con la tarjeta SD de mi cámara de fotos (y que es capaz de almacenar 32 GB de información); una comparación que muestra bien cómo ha cambiado la tecnología de almacenamiento en estos años. Este disco duro perteneció a mi primer PC, un antiguo 486 a 50 MHz (cuyo chasis y placa base aún conservo en el trastero) que tenía 4 MB de memoria RAM y 1 MB de memoria de vídeo.

Otro de los componentes de PC que conservo dentro de mi particular museo es un disco duro de 1 GB de capacidad fabricado por Seagate en el año 1996. Este disco duro perteneció a un PC clónico con procesador Pentium a 100 MHz (un PC de un compañero de clase que terminó siendo despiezado en mi casa) y también nos sirve para ver cómo, hoy en día, somos capaces de duplicar este espacio de almacenamiento en una simple memoria USB.

Para cerrar la muestra de hoy creo que es buen momento para mirar al mundo de los videojuegos. A principios de los años 90, en España vivimos la gran revolución de las consolas de videojuegos; muchos soñábamos con tener una Sega Mega Drive o una Super NES pero también queríamos entrar en el segmento de las consolas portátiles con la Game Boy de Nintendo. La Game Boy, que este año cumplió 25 años, popularizó el juego del Tetris (que ya tenía unos años) y la combinación de este juego con la movilidad de una consola portátil abrió un nuevo mercado dentro de los “juegos piratas”: las máquinas de Tetris.

Precisamente, la máquina de Tetris que vemos en la foto es de esta época; concretamente, es de 1993 y aún funciona a la perfección. El juego es un perfecto clon del Tetris, piezas que caen y debemos girar para hacerlas encajar y, por supuesto, líneas de piezas que se borran al completar una línea en la pantalla. Un juego adictivo al que, la verdad, dediqué muchas horas libres y, por qué no decirlo, muchas pilas (usaba 3 pilas AA de 1,5 v).

Salir de la versión móvil