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Mi agenda y yo. Repensando nuestra relación con el tiempo

gestión del tiempo

Uno de mis aprendizajes de este último año, en gran medida motivado por el MBA, es el control de mi agenda. Dicho de otra forma, he mejorado mucho en la gestión del tiempo y mi organización personal y profesional de citas, reuniones y compromisos.

Aunque reconozco que la productividad personal es un tema que siempre me ha interesado, compaginar un trabajo intenso con la exigencia de un programa executive te ponen a prueba y ponen a prueba tus sistemas de gestión personal del tiempo.

Una vez finalizado el programa, es interesante no perder el ritmo y, sobre todo, la capacidad de organización. Cuando uno de tus inputs desaparece, tendemos a dedicar más tiempo al resto y, al final, puede parecer que nunca tienes tiempo para hacer otras cosas.

Uno de los últimos libros que me he leído, precisamente, trata de la gestión del tiempo y lo hace desde la perspectiva de la agenda de un directivo. El título del libro es “Mi agenda y yo. Repensando nuestra relación con el tiempo” y el autor es el profesor de IESE Santiago Álvarez de Mon.

Santiago Alvarez de Mon - gestión del tiempo
Santiago Álvarez de Mon, profesor de IESE y autor del libro. Imagen: IESE

Mi agenda y yo. Repensando nuestra relación con el tiempo

Conocí este libro a raíz de un encuentro para alumnos del programa MBA en Instituto San Telmo. En la agenda del encuentro se incluyó una conferencia del autor que, en cierta medida, era una muy buena introducción al libro: la gestión del tiempo del directivo y su agenda.

Acostumbrado a libros de enfoque práctico y metodologías, como el de GTD de David Allen, este libro está muy orientado hacia la reflexión personal que uno debe hacer. De hecho, el libro arranca con la pregunta ¿quién soy? para hacernos pensar sobre qué somos y qué nos motiva y así tener la base sobre la que diseñar nuestra propia vida.

Qué hacemos con nuestro tiempo, en cierta medida, define lo que somos. Así lo describe el autor en el libro y nos hace recorrer anécdotas y casos reales de directivos a los que ha acompañado y asesorado a lo largo de su trayectoria profesional.

Al final, lo que está en nuestra agenda es lo que consideramos importante. Si solamente hay trabajo en nuestra agenda, vivimos para trabajar. Si nos gusta el cine o leer y nunca reservamos tiempo, quizás sean cosas que no consideremos importantes…

Sabiduría maña #libros #sabado

14 Likes, 0 Comments – Juan Jesús Velasco (@jjvr81) on Instagram: “Sabiduría maña #libros #sabado”

Debo reconocer que hay una frase del libro (y que también comentó en la conferencia) que me marcó mucho y me ha hecho reflexionar desde entonces:

No decir nunca que no devalúa tus síes

La frase es bastante demoledora pero es una gran verdad. Si aceptamos todo y decimos siempre que “sí” (incluso a cosas que no nos gustan o nos quitan tiempo de cosas que nos gustan), nuestro tiempo no será valorado por los demás.

Decir que “no” y ser selectivos, al final, hace que la gente considere el valor de nuestro tiempo porque es un recurso escaso que seleccionamos cómo y con quién lo compartimos.

La agenda y la buena gestión del tiempo

Decía Santiago Álvarez de Mon en el libro que la agenda es el reflejo de la vida de uno.

Por tanto, un análisis de nuestra agenda nos indica qué tipo de gestión del tiempo hacemos y en qué cosas ponemos foco.

Un primer paso para cambiar es aligerar la mochila, es decir, empezar a quitarnos cosas que no aportan valor y aprender a decir que no para empezar a poner en valor nuestros síes.

Evitar las agendas compactadas donde somos presos de lo que dice Google Calendar; hay que generar colchones para imprevistos o, incluso, para poder “cargar las pilas” en una jornada y hacer algo de deporte.

También uno debe reservarse tiempo para el ocio, la familia y los amigos. Si el trabajo nos absorbe, incluir en la agenda a la familia o al ocio nos hará disciplinados y nos generará el hábito de reservar tiempo (un aprendizaje interesante del libro).

Y, por supuesto, también hay que reservar tiempo para uno mismo: meditar, analizar, leer, escuchar música, pasear, pensar…

Sin duda, uno de los mejores libros de gestión del tiempo que he leído. ¿El motivo? Está mucho más orientado a hacernos reflexionar que a ofrecernos técnicas y métodos para gestionar tareas.

Imagen: IESE

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